Un estudio revela que casi la mitad de los israelíes se ofrecieron como voluntarios tras el brutal ataque del 7 de octubre dirigido por Hamás

Inmediatamente después del ataque terrorista dirigido por Hamás del 7 de octubre de 2023, Israel experimentó un aumento sin precedentes del voluntariado. Casi la mitad de la población del país dio un paso al frente para ofrecer su apoyo de diversas formas, según una nueva encuesta publicada el pasado jueves.

La profesora Michal Almog-Bar, directora del Instituto para el Estudio de la Sociedad Civil y la Filantropía en Israel de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autora principal del estudio, declaró al Times of Israel: «Se trata de un megaevento para Israel y para la sociedad civil israelí. La escala de actividades, las áreas de actividad... hay cosas que no habíamos visto antes. Hemos tenido guerras, operaciones militares y la crisis COVID, pero la escala y la magnitud [aquí] son muy diferentes».

La encuesta reveló que los esfuerzos de los voluntarios llegaron a todos los segmentos de la sociedad israelí, y que la conmoción y la magnitud de los ataques del 7 de octubre sirvieron de poderosa motivación. Entre quienes se ofrecieron voluntarios, el 90,2% citó un fuerte deseo de ayudar a los demás y una profunda preocupación por el bienestar de sus conciudadanos como su principal motivación para querer servir.

El voluntariado alcanzó un máximo histórico inmediatamente después del suceso, pero descendió gradualmente hasta el 28,7% al cabo de un mes y ahora se sitúa en el 15%.

Una oleada de ayuda financiera procedente de organizaciones sin ánimo de lucro, fundaciones y particulares desempeñó un papel crucial para que los israelíes pudieran esforzarse por establecer sobre el terreno operaciones locales eficaces de voluntariado y coordinación.

Las ONG israelíes y otras organizaciones filantrópicas locales han donado «decenas de millones de dólares», mientras que «se calcula que las donaciones de los judíos norteamericanos ascienden a cientos de millones de dólares... un nivel muy, muy alto de filantropía», señaló Almog-Bar.

Dijo que algunos factores pueden explicar el alto nivel de implicación en la sociedad israelí.

Un elemento importante fueron las diversas organizaciones de protesta. «Estos grupos ya estaban bien organizados, unidos y motivados, por lo que pudieron dedicar inmediatamente su infraestructura a apoyar el esfuerzo bélico», dijo.

Otro punto de distinción que mencionó Almog-Bar fue que Israel es «una sociedad muy familiar, nos sentimos muy unidos los unos a los otros y a las comunidades en las que vivimos; por eso, cuando hay una necesidad y un suceso dramático, lo primero que pregunta la gente es: “¿Cómo puedo ayudar?”».

Dijo que ha descendido la confianza en las instituciones gubernamentales para abordar los problemas, pero «la gente aquí siente que tiene redes sociales fuertes que les ayudarían en momentos de necesidad».

«La gente tiene buen corazón y quiere ayudar y dar, pero cuando no hay coordinación, cuando cada uno hace lo que puede, a veces puede resultar desastroso», concluyó Almog-Bar. «Pero la gente ha salvado vidas de verdad, sobre todo ayudando a los evacuados con sus necesidades y dándoles apoyo psicológico, todos estos servicios han sido muy necesarios».