¿Realmente los israelíes están abandonando el país? Una mirada real a las cifras

Un rápido vistazo a los nuevos datos de población del gobierno a finales de 2024 da la impresión de que un número récord de israelíes están abandonando el Estado judío. Sin embargo, el aumento de las cifras es mucho más de lo que parece a primera vista.

«Los hechos son obstinados», dijo una vez Mark Twain, «pero las estadísticas son más manejables». Los datos facilitados por la Oficina Central de Estadística de Israel implican que un número inusualmente elevado abandonó el país en 2024, y muchos pueden suponer que el éxodo masivo estuvo relacionado con la guerra. De hecho, las encuestas de octubre de 2024 mostraban que muchos estaban considerando la posibilidad de marcharse para encontrar refugio y mejores perspectivas laborales en el extranjero.

El diario The Times of Israel informó en octubre que casi una cuarta parte de los ciudadanos israelíes estaban considerando la posibilidad de mudarse, según una investigación realizada por Katar Insights y la emisora pública Kan de Israel. Más que un pensamiento pasajero, una proporción significativa de los que sopesan la posibilidad han empezado a tomar medidas prácticas para hacerlo: buscar vivienda y oportunidades de trabajo.

La gran mayoría de los israelíes (67%) no tenía planes de marcharse, y del 23% que expresó su deseo de hacerlo, muchos pensaban regresar al cabo de algún tiempo. De hecho, el 1% ya se había marchado y había regresado. Pero, ¿cuántos llevaron a cabo sus planes al final?

Según la Oficina Central de Estadística (OCE), el año pasado se registraron 82.700 israelíes que abandonaron el país, frente a los 55.000 del año anterior. En comparación con la media de 35.000 que se marcharon cada año en la década anterior, la cifra indica un fuerte aumento.

Sin duda, la economía israelí ha sufrido un duro golpe debido a la guerra. Miles de familias evacuadas han tenido que pasar muchos meses en hoteles lejos de sus hogares. Las comunidades, tanto del norte como del sur, se han visto repetidamente despertadas en mitad de la noche por las sirenas antiaéreas, debido a los ataques con cohetes y misiles lanzados por Hezbolá en Líbano o los houthis en Yemen (e incluso algunos por Hamás en Gaza), por lo que es comprensible la urgencia por encontrar un entorno más estable y seguro.

Las estadísticas revelan que la mayoría de los israelíes que se marcharon en 2024 eran los que tenían medios para hacerlo, principalmente israelíes que vivían en los distritos centrales más ricos. Sin embargo, el 28% de los que emigraron también procedían de comunidades del norte y el 15% de zonas del sur gravemente afectadas por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. El Middle East Eye ha citado informes según los cuales 23.800 han regresado desde entonces.

Además, había algo en las recientes cifras de población de la CBS que no había aparecido antes: una forma de contar cabezas para alcanzar el récord histórico de 10 millones.

Justo antes del Año Nuevo judío, el pasado septiembre, se informó de que había en el país la impresionante cifra de 9,9 millones de personas, y se esperaba que la población superara la barrera de los diez millones en cuestión de semanas.

Para conseguir esa cifra mágica antes del 1 de enero, se sentó un nuevo precedente al incluir a los extranjeros en estancias prolongadas. Y después de contabilizar como residentes a los trabajadores extranjeros, los inmigrantes ilegales y los turistas que permanecen en el país más de un año, no es de extrañar que se vayan más de lo habitual.

Teniendo en cuenta esta evolución, la tasa de emigración del último año sigue siendo alta. Aun así, la población de Israel sigue creciendo a un ritmo constante.

El Estado judío acogió a unos 35.000 inmigrantes judíos en 2024, y el año pasado nacieron aproximadamente 183.000 bebés. Incluso con un total de 55.000 muertes, se produjo un aumento natural general de la población de 112.000 personas, según el Times of Israel.

Si Israel adoptara el enfoque del Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás, a la hora de informar sobre las cifras, el país estaría sufriendo un genocidio con 55.000 muertes, lo que pone de relieve la importancia fundamental de cómo se presentan las estadísticas.