Las FDI intentan localizar a los rehenes, entre los miles de gazatíes que huyen hacia el sur

Por primera vez desde que comenzó la guerra de las Espadas de Hierro entre Israel y Hamás, se permitió a un equipo de reporteros de noticias de Kan11 de Israel acompañar a los soldados de las FDI que facilitan la huida de los habitantes de Gaza desde el norte de la franja de Gaya hacia el sur.

Mientras los soldados israelíes aseguran el corredor humanitario de la calle Salah al-Din, también escudriñan a la multitud ante la posibilidad de que se esten introduciendo rehenes, o terroristas, entre ellos.

"¿Hay aquí alguna chica que entienda hebreo? ¿Hay aquí algún niño o niña que entienda hebreo?", se oía gritar a los soldados a través de los altavoces.

"¡Niños, cualquiera que entienda hebreo, corran a mí, no tengan miedo!

Cuando se le preguntó si los soldados israelíes están operando bajo la suposición que los rehenes ya fueron contrabandeados hacia el sur, el coronel Nitai Okashi, comandante de la Brigada de Reserva de Jerusalén, respondió: "Por ahora, por lo que tenemos entendido, al menos a través del corredor humanitario, no han llevado rehenes al sur, pero lo que digo aquí es sólo una suposición y no algo seguro".

Más tarde, los reporteros de Kan11 fueron conducidos a una casa de aspecto inocente en las afueras del barrio de Zeitoun, donde todavía se libra la batalla. Bajo las escaleras, los soldados encontraron una mina Claymore de 15 kg (33 lb).

"Estábamos limpiando la casa y entonces, como han visto, en el hueco de la escalera encontramos la mina... y en lo que se llama el cajón de la ropa interior, tres granadas de mano. Tengo que decir que aquí no hay nada inocente, toda la zona es un gran campo de batalla", explicó Okashi.

Más tarde, los reporteros también se reunieron con el comandante de batallón de las FDI Lotem, cuyo discurso a sus soldados justo antes de que comenzara la invasión terrestre se hizo viral.

"La guerra puede degradar al ser humano a las criaturas e impulsos más bajos: Miedo, crueldad, egoísmo, maldad. Despojarnos de todo lo que nos hace humanos, de humanidad", les había dicho.

Ahora, en las profundidades del campo de batalla, se mantuvo firme en sus palabras de antes.

"Les dije a mis soldados... Somos mejores que nuestro enemigo en cómo luchamos, en calidad, y en humanidad y moralidad. Así es como ganamos".