Las FDI cambiaron las reglas (y no se olvidaron de decírselo al enemigo)

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han reconocido públicamente dos sofisticadas incursiones de comandos en territorio enemigo, lo que supone un cambio radical respecto a décadas de secretismo operativo.

La transparencia sin precedentes de estas operaciones militares marca no sólo éxitos tácticos, sino que potencialmente señala una evolución estratégica más amplia en la forma en que Israel proyecta su poder en Oriente Medio.

La decisión de reconocer públicamente estas operaciones representa algo más que una ruptura con el tradicional secretismo operativo: señala una sofisticada evolución en el enfoque israelí de la disuasión regional.

Al revelar estas capacidades, las FDI parecen estar aplicando una estrategia de múltiples capas que combina el éxito militar convencional con la guerra psicológica y la comunicación estratégica. Israel debe disparar y hablar.

Dos operaciones recientes ilustran claramente esta evolución estratégica, demostrando cada una de ellas la voluntad de Israel no sólo de actuar sino de reconocer su alcance en múltiples ámbitos.

La incursión de Batroun: 140 km de profundidad en Líbano

La primera operación, revelada por las IDF el pasado viernes, mostró las excepcionales capacidades de Shayetet 13, la unidad de comandos navales de élite de Israel. En una operación ejecutada con precisión que duró sólo cuatro minutos, unos 20 operativos penetraron 140 kilómetros en territorio libanés, mucho más allá de las zonas operativas convencionales del sur del Líbano.

Los comandos navales, utilizando embarcaciones de alta velocidad, se infiltraron con éxito en la ciudad costera de Batroun. Hablando en árabe para mantener su cobertura, el equipo ejecutó una extracción de precisión de Emad Fadel Amhaz de un edificio de apartamentos de la ciudad.

Aunque fuentes libanesas describieron inicialmente a Amhaz como un capitán naval civil, fuentes de las FDI confirmaron posteriormente que era un comandante de alto rango de la fuerza naval clandestina de Hezbolá, una unidad que ha preocupado cada vez más a la inteligencia naval israelí debido a su adquisición de misiles balísticos antibuque avanzados y otro armamento sofisticado.

El ataque sirio: La red de inteligencia iraní al descubierto

El posterior interrogatorio de Ali Soleiman al-Assi, el agente sirio capturado, reveló datos fundamentales sobre los métodos de Irán para reunir información de inteligencia regional. Al-Assi, que residía en la zona de Saida, en el sur de Siria, reveló cómo agentes iraníes, haciéndose pasar por agentes de inteligencia sirios (Mukhabarat), lo habían reclutado para vigilar las actividades fronterizas israelíes.

Las FDI habían mantenido vigilado a al-Assi durante un largo periodo antes de ejecutar la operación de precisión que condujo a su captura. Según los oficiales militares, su detención impidió directamente que se planearan futuros atentados y puso al descubierto una red terrorista iraní más amplia que operaba dentro de Siria.

Más allá de las operaciones: La remodelación de la arquitectura de seguridad regional

La importancia estratégica de estas operaciones va más allá de su éxito táctico inmediato. Representan un cambio fundamental en la forma en que Israel aborda los retos de la seguridad regional:

Rompiendo la Doctrina del Silencio: La histórica política israelí de ambigüedad en las operaciones especiales ha dado paso a un enfoque más transparente, lo que sugiere una decisión calculada para aprovechar el reconocimiento público con un efecto estratégico.

Mensajes multidominio: Las operaciones demuestran las capacidades en diferentes entornos operativos: operaciones de comandos navales en el Líbano, actividades de fuerzas terrestres en Siria y sofisticadas redes de recopilación de inteligencia.

Impacto psicológico: La revelación pública sirve como un poderoso elemento disuasorio, demostrando la capacidad de Israel para operar con impunidad en lo más profundo del territorio adversario.

Superioridad de inteligencia: El éxito en la ejecución de estas misiones pone de manifiesto la existencia de sofisticadas capacidades de inteligencia y planificación operativa, especialmente en la identificación y seguimiento de objetivos de alto valor.

Este nuevo enfoque de «mostrar y contar» refleja un profundo conocimiento de la cultura estratégica de Oriente Medio. Mientras que las operaciones especiales suelen desarrollarse en la sombra y el silencio, las FDI han elegido un nuevo y audaz camino: mostrar sus capacidades y logros a amigos y enemigos por igual. En la cambiante doctrina militar de Oriente Medio, ésta es una revolución televisada.