La sede del centro israelí de alta tecnología advierte que paralizará la economía si el gobierno desafía la sentencia del Tribunal Supremo sobre el despido del jefe del Shin Bet

La sede de la High-Tech israelí, que representa a docenas de grandes empresas tecnológicas y fondos de capital riesgo, advirtió el viernes que cerraría la economía del país si el gobierno desafiaba la decisión del Tribunal Supremo sobre el destino del jefe de inteligencia del Shin Bet, Ronen Bar, recientemente despedido por el primer ministro Benjamin Netanyahu.

«Si el gobierno decide llevar a Israel con los ojos abiertos a una crisis constitucional, cerraremos las empresas y emprenderemos una lucha pública junto con toda la fuerza de la sociedad israelí», dijo la sede de High-Tech israelí en un comunicado oficial.

«Hacemos un llamamiento al [primer ministro Benjamin] Netanyahu para que se detenga un momento antes de caer en el abismo», instó al primer ministro.

«La violación de una orden del Tribunal Supremo o de cualquier resolución judicial es una línea roja de la que no hay vuelta atrás. Tal incumplimiento convertiría a Israel en un país del tercer mundo, ahuyentando a los inversores extranjeros», advirtió la sede tecnológica.

La presidencia del sector empresarial pidió al Gobierno que «defendiera las normas del derecho y respetara las resoluciones judiciales».

«En un estado democrático, la ley vincula a todas las entidades: ciudadanos, empresas y gobierno por igual. El incumplimiento de las decisiones judiciales sienta un precedente peligroso que podría socavar la estabilidad económica y social», argumentó.

«Advertimos que cualquier intento de desafiar el estado de derecho puede causar un daño significativo a la economía israelí e instamos al gobierno a actuar de manera responsable», concluyó.

El viernes, el gabinete israelí votó a favor de despedir al jefe de inteligencia Bar  por «falta de confianza». El Tribunal Superior de Jerusalén respondió emitiendo una orden judicial temporal contra la controvertida decisión del gobierno. Miles de israelíes han salido a las calles para protestar contra el despido de Bar.

Arnon Bar David, que dirige la Histadrut (gremio central de obreros), el mayor sindicato de Israel, advirtió el viernes de «la anarquía auspiciada por el gobierno». Se hizo eco de la posición de la sede de alta tecnología de que negarse a seguir la sentencia del Tribunal Supremo constituye una «línea roja». Bar David prometió que no «se quedará de brazos cruzados mientras se desmantela el Estado de Israel».

La oposición política también condenó la decisión del gobierno de despedir al jefe de inteligencia. Los partidos de la oposición Yesh Atid, Unidad Nacional, Yisrael Beytenu y Los Demócratas respaldaron la orden judicial del Tribunal Supremo contra la decisión del gobierno de despedir a Bar.

El líder de la oposición Yair Lapid, que dirige el partido Yesh Atid, argumentó que la decisión del gobierno se tomó bajo un grave conflicto de intereses.

«Esta es una decisión tomada bajo un grave conflicto de intereses por parte del primer ministro, basada en consideraciones ajenas relacionadas con las investigaciones del Shin Bet en la Oficina del Primer Ministro y la posición recientemente publicada por el Shin Bet que afirma que el liderazgo político es responsable del desastre del 7 de octubre», escribió Lapid en la plataforma de redes sociales 𝕏.

Unos 40 jefes de autoridades municipales locales criticaron a Netanyahu en una carta conjunta.

«Nosotros, los abajo firmantes, jefes de municipios, consejos regionales y consejos locales, pedimos al Primer Ministro que declare inmediatamente que el Gobierno de Israel acatará la decisión del Tribunal Supremo», afirmaba la carta. «Nosotros, los jefes de las autoridades locales, nos mantendremos en todos los casos al lado de la ley y el tribunal en el Estado de Israel».

A principios de este mes, el propio Bar indicó que dimitiría, pero solo después de garantizar la liberación de los rehenes restantes en manos de los terroristas de Hamás en Gaza.

«En cuanto vea que esto ocurre, pasaré el mando a uno de mis dos excelentes adjuntos», declaró Bar.