Informe médico muestra: Las vidas de todos los rehenes retenidos por Hamás corren peligro inmediato
El informe se basa en testimonios recogidos de rehenes liberados del Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos
"100 días en los túneles: Un nuevo informe médico del Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos" afirma que todos los rehenes restantes se encuentran en peligro real e inmediato de muerte tras tres meses de cautiverio.
Ocho premios Nobel firmaron el informe e instaron al secretario general de la ONU, al presidente de la Cruz Roja y al director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a proporcionar ayuda médica a los rehenes y pidieron su liberación inmediata.
Además, pidieron a los tres responsables de la organización que visitaran y fueran testigos de la destrucción en la envoltura de Gaza,(los pueblos y ciudades Israelíes alrrededor de la Franja de Gaza) se reunieran con las familias de los rehenes y escucharan los testimonios de los rehenes liberados.
Rehenes con enfermedades o lesiones crónicas
El informe médico detallaba los riesgos físicos a los que están expuestos los rehenes, incluidos los rehenes con enfermedades crónicas existentes. Un tercio de los israelíes actualmente cautivos de Hamás padecen enfermedades crónicas, como cáncer, cardiopatías, epilepsia, enfermedad de Crohn y otras. Los testimonios de los rehenes liberados muestran que, debido a la falta de tratamiento y de medicación, algunos de los supervivientes han sufrido graves complicaciones, como derrames cerebrales y daños cardíacos.
El informe también se refiere a los que padecen enfermedades gastrointestinales y a los que tienen necesidades nutricionales especiales, como Michel Nisenbaum, que sufre la enfermedad de Crohn. Asimismo, el bebé Kfir Bibas y su hermano pequeño Ariel Bibas requieren una nutrición especial adecuada a su corta edad. Sin ella, pueden morir.
El informe también hace referencia a los rehenes que resultaron heridos durante el secuestro como consecuencia de la violencia física, como disparos y corte de miembros. Además del riesgo de infecciones potencialmente mortales, los testimonios de los rehenes liberados revelan que los terroristas no trataron las heridas de muchos de ellos, lo que, en varios casos, les causó la muerte.
De forma inquietante, también se informó de tratamientos insuficientes, que perjudicaron aún más los procesos de curación y recuperación de los rehenes, provocándoles discapacidad y sufrimiento. Un ejemplo descrito en el informe es la herida de bala de Romi Gonen. Los testimonios revelaron que su herida fue desatendida de tal forma que podía provocar una discapacidad permanente.
Abusos sexuales y mentales
Algunos de los rehenes padecen enfermedades mentales ya existentes, como depresión y ansiedad, que pueden agravarse significativamente durante el cautiverio. Sin embargo, incluso los rehenes que no sufrían enfermedades mentales antes del secuestro se enfrentan ahora a muchas dificultades mentales.
El aislamiento y la desconexión de la familia, el confinamiento en túneles y espacios reducidos y los malos tratos físicos aumentan el riesgo para su salud mental y la probabilidad que se autolesionen. De varios testimonios se desprende que los secuestradores ejercían un terror psicológico continuo sobre los rehenes que incluía, entre otras cosas, historias sobre la completa aniquilación de sus familias, lo que, por supuesto, agravaba su estado mental.
De los testimonios de los rehenes liberados se desprende que las mujeres cautivas sufren abusos sexuales, una forma de violencia que tiene consecuencias dramáticas para su salud física y mental con el paso del tiempo. Las mujeres violadas corren el riesgo de sufrir lesiones físicas peligrosas, como desgarros en la pared vaginal y la vejiga, que pueden provocar hemorragias potencialmente mortales, mayor propensión a infecciones, como el sida, y daños en la fertilidad futura. Además, la violación puede provocar un embarazo no deseado que podría poner en peligro la vida de la mujer si no recibe el tratamiento médico adecuado.
Duras condiciones ambientales
El informe también detallaba el riesgo de enfermedades infecciosas al que están expuestos los rehenes debido a las duras condiciones ambientales en las que se encuentran. Los rehenes liberados informaron de acceso limitado a aseos, falta de acceso a agua corriente o limpia y malas condiciones sanitarias. Además, los supervivientes del cautiverio informaron de una alta prevalencia de trastornos digestivos, con síntomas de diarrea, mientras que a algunos de ellos se les diagnosticaron diversos patógenos, como Salmonella. La inflamación aguda del sistema digestivo puede provocar graves sufrimientos, deshidratación y desequilibrio electrolítico.
Además, los rehenes liberados declararon tener dificultades para respirar debido a la escasa ventilación de los túneles, la humedad, la exposición al humo, etc., especialmente aquellos con enfermedades respiratorias preexistentes. También existe una gran preocupación por el impacto del clima invernal en la salud de los rehenes que permanecen retenidos sin ropa adecuada ni calefacción. Además, algunos rehenes regresaron con piojos o sarna, así como con infecciones zoonóticas. Otros regresaron con infecciones graves prolongadas, causadas por un tratamiento deficiente de las lesiones traumáticas.
Nov Reuveny es corresponsal de salud de las noticias de KAN 11.