El mensaje de Netanyahu para Hamás: No le apueste a la presión internacional contra Israel, no va a funcionar

En medio de las crecientes tensiones entre Jerusalén y Washington, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunió con el senador Rick Scott (R-FL) y una delegación bipartidista del Congreso estadounidense, organizada por el AIPAC.

Netanyahu y Scott discutieron la última decisión de la administración Biden de abstenerse en una votación del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto al fuego inmediato en Gaza, no condicionado a la liberación de los rehenes. La resolución fue aprobada por 14-0 sin que Estados Unidos la vetara. 

"La decisión de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad me pareció una jugada muy, muy mala. Lo peor de todo fue que animó a Hamás a adoptar una línea dura y a creer que la presión internacional impedirá que Israel libere a los rehenes y destruya a Hamás", dijo Netanyahu a Scott. 

La decisión estadounidense hizo que Netanyahu cancelara una delegación prevista a Washington, que se esperaba escuchara las sugerencias estadounidenses para un plan alternativo en Rafah en lugar de una gran operación militar israelí. 

En su conversación con Scott, Netanyahu explicó los motivos de su decisión: "Mi decisión de no enviar la delegación a Washington a raíz de esa resolución fue un mensaje a Hamás: No apuesten por esta presión, no va a funcionar. Espero que hayan captado el mensaje".

Tanto el gobierno israelí como la cúpula militar están convencidos de que operar en la ciudad meridional de Rafah es esencial para ganar la guerra en Gaza. El ejército israelí ha dicho que hay cuatro batallones operativos de Hamás en Rafah, con unos 7.000-8.000 terroristas en sus filas. 

"Tenemos que ganar. No hay sustituto para la victoria", dijo Netanyahu a una delegación bipartidista del Congreso estadounidense. 

Él enfatizó que la guerra en Gaza está entrelazada con el esfuerzo de campaña más amplio del régimen iraní para lograr la destrucción del Estado de Israel a través de sus apoderados terroristas, incluyendo a Hamás en Gaza, Hezbolá en Líbano y los Houthis en Yemen. 

Hace unas semanas, Netanyahu declaró que Irán había pasado oficialmente de una posición ideológica de destruir Israel a un plan práctico a largo plazo para lograr la destrucción del Estado. 

Dijo que esto pone de manifiesto la urgencia de una victoria total en Gaza. 

"¿Cómo conseguiremos esta victoria? Esto no anula las otras necesidades: ¿Cómo ocuparse de Hezbolá? ¿Cómo ocuparnos de Irán? ¿Cómo impedir que Irán adquiera armas nucleares, lo que haría que esta amenaza fuera cien veces mayor? ¿Cómo impedir que estas milicias disparen contra Israel cohetes desde Yemen o desde Bagdad?", preguntó. "Son grandes preguntas, pero empiezan con una condición necesaria, y esa condición es que quienes lanzaron este ataque genocida deben ser derrotados". 

Netanyahu reiteró los tres objetivos de la guerra de Israel: Derrotar las capacidades gubernamentales y militares de la organización terrorista Hamás, traer de vuelta a casa desde Gaza a los rehenes de Israel y asegurarse de que Hamás nunca volverá a ser una amenaza para Israel. 

Hizo hincapié en la importancia del apoyo bipartidista para cumplir la misión. 

El primer ministro israelí dijo a los congresistas "Es muy importante para nosotros mantener el apoyo bipartidista en todo momento, pero especialmente en estos tiempos difíciles. Quiero aprovechar esta oportunidad de nuestra conversación para intentar aclarar y también desmentir algunas de las cosas que se están diciendo sobre nuestra alianza bipartidista y la importancia de mantenerla." 

La delegación estaba formada por Brad Schneider (D-IL), Jim Costa (D-CA), Debbie Lesko (R-AZ), Juan Vargas (D-CA), Valerie Foushee (D-NC), Kathy Manning (D-NC), Marilyn Strickland (D-WA), Norma Torres (D-CA) y Debbie Wasserman Schultz (D-FL), así como por altos cargos del AIPAC.