Advertencia a Tucker Carlson: cuidado con lo que compras en Oriente Medio.

El conocido adagio "Que el comprador tenga cuidado" es especialmente pertinente en Oriente Medio, donde mercaderes muy astutos y hábiles son conocidos por su destreza a la hora de vender cosas que a menudo afirman que son auténticas pero que, lamentablemente, pueden acabar careciendo de valor.

Tal es el caso de una reciente entrevista, realizada por el popular y querido personaje televisivo, Tucker Carlson quien tuvo la desgracia de escuchar una versión muy propagandizada de lo que le ha sucedido a la comunidad cristiana de Belén, una zona, que hasta 1995 estuvo bajo control israelí, pero que ahora está gobernada por la Autoridad Nacional Palestina.

Fue en esta discusión, con un pastor palestino, que lamentó el desastroso impacto que la guerra ha tenido en la minúscula población cristiana, lo que provocó la respuesta de Carlson, que afirmó: "Cuando hay una guerra en el extranjero que Estados Unidos financia, son los cristianos los que tienden a morir de forma desproporcionada." 

Pero en lugar de echar la culpa de la disminución del número de cristianos en Oriente Medio a los musulmanes extremistas palestinos, que sistemáticamente han provocado su huida, debido a la fuerte persecución, el reverendo Dr. Munther Isaac, pastor de la Iglesia Cristiana Evangélica Luterana de Belén, optó en cambio por atribuir sus pérdidas a "una ocupación militar israelí muy dura y difícil de soportar".

Es difícil imaginar una acusación más falsa, difamatoria y falaz, que huela tan descaradamente a propaganda antiisraelí, porque la afirmación se puede refutar tan fácilmente con sólo un poco de investigación personal sobre lo que ha sucedido a la comunidad cristiana de Oriente Próximo en los últimos 20-30 años.

Belén, debido a su control palestino, se ha empobrecido en gran medida por la corrupción gubernamental que le ha impedido desarrollarse y florecer, algo que podría haber ocurrido fácilmente, dado su valor turístico sólo por el hecho de ser el "lugar de nacimiento de Jesús". Pero al vivir bajo la ideología islámica, responsable de la radicalización de los jóvenes que son entrenados para cometer actos de terror, el turismo ha sufrido un enorme golpe, tanto por miedo a la propia seguridad como por el gobierno islámico, restringiendo el acceso y minimizando las influencias y decoraciones cristianas que atraían a quienes querían vivir una auténtica Navidad en el lugar donde todo empezó.

La afirmación que la actual guerra entre Israel y Hamás es la causa de la desaparición de los cristianos contradice un artículo escrito en 2012 titulado "¿Por qué los cristianos abandonan Belén?". En él se explica cómo "los cristianos, que una vez fueron mayoría, se están marchando continuamente" debido a que "los cristianos se sienten como si estuvieran atrapados en un gueto cultural y religioso en el que se usa la vestimenta musulmana."

Pero no es sólo una cuestión de costumbres o vestimentas diferentes. La persecución es un factor importante. En algún momento de 2002, "desde Beit Jala, una ciudad cristiana, a las afueras de Belén, unos tiradores beduinos musulmanes, activos en Tanzim y Fatah, muchos de ellos pertenecientes a la tribu Tamra, dispararon contra la ciudad judía de Gilo. Establecieron sus posiciones de tiro concretamente junto a iglesias, instituciones cristianas y viviendas de la ciudad, dañando muchos hogares cristianos. También exigieron un "impuesto" de intifada amenazando con asesinar a quien se negara a pagar y atacando a los cristianos."

Estos son los hechos importantes que explican el éxodo masivo de la comunidad cristiana de estas ciudades y pueblos que antaño albergaban una mayoría cristiana. Entonces, ¿por qué omite este pastor palestino los factores que contribuyeron en gran medida a las penurias de su comunidad? Es interesante preguntarse cómo sobrevivió a las amenazas que expulsaron a otros. Dada su dura posición y sus críticas a Israel, sólo cabe especular si está o no aliado con la comunidad islámica extremista que ahora manda literalmente en Belén.

Todo esto fue documentado en un libro escrito por los periodistas Amos Harel y Avi Issacharoff, titulado "La Séptima Guerra: Cómo ganamos y por qué perdimos la guerra contra los palestinos", que reveló que, "durante la Operación Escudo Defensivo de 2002, los palestinos cristianos y las instituciones de Belén y sus alrededores sufrieron el acoso de las milicias armadas, que causaron daños a monasterios y otras instituciones religiosas, y culminaron con la extorsión de empresarios cristianos, implicados en actividades delictivas y en la apropiación de tierras, así como con la denegación de defensa jurídica a los cristianos cuyas propiedades fueron robadas. Todo ello aceleró la emigración cristiana de la zona".

Hay una advertencia muy sabia en Proverbios 18:17 que dice: "El primero en exponer su caso parece tener razón hasta que viene otro y lo repregunta". Esta es la advertencia que debería tener en cuenta Tucker Carlson, por quien siento un gran respeto, pero que necesita entender que escuchar a una de las partes, especialmente si se basa en sesgos políticos sesgados, puede ser muy engañoso, en la aspiración de promover una agenda particular.

Así lo demostró el Patriarca latino emérito de Jerusalén, Michel Sabbah, "cuyo antisemitismo es profundo y manifiesto, como demuestran sus comentarios hacia Yaser Arafat, Presidente de la Autoridad Palestina, durante una Misa de Navidad en 1995, en la que dio la bienvenida a Arafat, recordando cómo el patriarca bizantino Sofronio intentó persuadir al califa musulmán Umar Ibn al-Jattab de que prohibiera a los judíos vivir y practicar su culto en Jerusalén tras conquistarla en 636, ocho años después de que Sofronio instigara una masacre generalizada de judíos. "

Del mismo modo, el cardenal designado Pierbattista Pizaballa, actual patriarca latino de Jerusalén, ha condenado las operaciones de las FDI en Yenín, refiriéndose a ellas como un "asalto a los palestinos", instando al diálogo, pero cuando las conversaciones de paz son unilaterales, porque los otros prefieren la violencia de los terroristas suicidas o las masacres de Hamás, el diálogo queda más relegado a un deseo y a una expectativa poco realista por parte de quienes prefieren catalogar a Israel como el agresor que no respeta a los palestinos. Aquí radica la deshonestidad que luego se vende como un hecho.

Tucker Carlson, junto con muchos otros que escuchan una versión de los temas de conversación sobre Oriente Medio, tiene que entender que esto no es sólo una guerra física, sino que también se está librando en el terreno de las narrativas con la intención de un adoctrinamiento tóxico que hace todo lo posible para caracterizar a Israel como el enemigo por defender a sus ciudadanos cuando son atacados, como si eso fuera igual a terrorismo. 

Si el 7 de octubre nos enseñó algo, fue que las enormes cantidades de dinero y buena voluntad que se invirtieron en intentar apaciguar a Hamás, con la esperanza de engatusarlos para que fueran socios de paz que cooperaran con nosotros, no sólo fue un ejercicio inútil, sino una amarga lección de lo temerario que es confiar en terroristas declarados que nunca ocultaron su deseo de aniquilarnos. 

No fue más que un trágico experimento que acabó en catástrofe, por la que todavía estamos pagando seis meses después. 

Creo que Tucker Carlson valora mucho la verdad y, aunque yo no represento en modo alguno al gobierno de Israel, creo que ellos también le animarían a hacer una visita, sentarse con ellos y escuchar una descripción más completa y honesta de por qué merece la pena ver a Israel a través de la lente de un verdadero aliado al que merece la pena apoyar en lugar de intentar pintarlo como cómplice del sufrimiento de Medio Oriente.